Historia entre los dedos

en un determinado momento

hay que confiar más en las manos, en su forma de pensar

que en la cabeza

 

pero cómo dejarlas librepensantes

si la sesera manda

si las ideas

no saben tocar, desconfían

solo contagian

a veces

encerradas en sí mismas

 

la textura de un cuaderno

y una lapicera

pueden ayudar

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