Renacimiento

¿Acaso alguna vez viste  

tu obra desde arriba?   
  
En gesto adusto,  
David dirige sus ojos a Roma   
pero el ceño fruncido titubea  
cuando, Roma le devuelve la mirada   
en cálida bienvenida.  
  
Manos herejes, sin alcurnia  
ensedan rulos de mármol
hasta distinguir
la delgadez de cada hebra
castaña o cana
entre dedos hechiceros.
  
Y la desproporción   
que tanto te han criticado, Miguel 
se corrige  
con el primer insuflo de vida 
boca a boca.  
  
Gracias y de nada,  
el Hada Azul de tu Pinocho


  

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