Fruto de Buenos Aires
Dicen que los perros se parecen a sus dueños.
Menos conocido, pero de la misma familia de saberes populares, es que las personas se parecen a los frutos de su tierra. Por ejemplo, los patagónicos son extravagantes como los arándanos; las tucumanas, como bien señala la canción, redonditas y jugosas o bien ácidas y adictivas como el limón; los riojanos, de carácter fuerte como el sabor de sus aceitunas. El más polémico, pero no menos certero, es el de los originarios de Buenos Aires: apacibles y sinceros como sus vacas.
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