Amanecer

en la cama

con la espalda en la pared, piernas abiertas

y vos en ese hueco

usando de respaldo mi pecho

 

te cebo uno

y mientras lo tomás

te beso la línea

que recorre tu hombro izquierdo

sube por la pared sur de tu cuello

cruza tu nuca

y, sin prisa, alcanza tu hombro derecho

 

me devolvés el mate

me cebo uno

mientras tus dedos acarician mi mano libre

entonces lento, bien lento,

lo voy tomando

 

termino, dejo el mate en la mesa de luz

para besarte la boca

y lograr la alquimia perfecta

entre lo amargo y lo dulce

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