No soy yo, sos vos
Para halagarla sinceramente por el gesto, le dijo:
—Gracias, mi pequeña Amelie.
A lo que respondió:
—La que ha dejado señales por acá y por allá sos vos, la verdadera Amelie. Pero no te olvides del final de la película, lo que hace de Amelie Amelie, es que ella da la cara y se arriesga. Sin ese paso, no hay final feliz. O principio feliz, en nuestro caso.
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