Freud
otra vez se puso lírica
y
me escribió unos versos rimados
que
hablaban de chotos
y
otros
no
era su intención
pero
me provocó una sonrisa
porque
los había escrito su cobardía
que,
sabiéndose tan paulatina como irremediablemente
desplazada
del puesto de control
(sí,
como en Intensamente),
se
vistió de enojo
y
se notaba
a
la legua se notaba
por
eso sonreí
y porque
me acordé
que
ella diría,
si
viera su proceso desde afuera,
o
mañana, cuando se le baje la espuma,
desmentida
y
volví a sonreír
porque
sabe, muy bien sabe
que
es una defensa fallida
lo
dice la rota
para
la descosida
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