Inhumano

 El hombre se levanta, se lava la cara y se va a trabajar. Exhausto, vuelve a la noche a su casa, come y se va a dormir. Se levanta, se lava la cara y se va a trabajar; vuelve a la noche, come y se va a dormir. Se levanta, se lava la cara y se va a trabajar; vuelve, come y se va a dormir. 

 Un día ve sus nuevas ojeras; otro, el tic en el ojo; con los años, la mirada vacía. Aguanta la rutina durante años hasta que, cansado del maltrato constante, el reflejo abandona al hombre. Desde entonces, el espejo solo devuelve lo único vívido que encuentra: el color de la pared.

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