La mitad del vaso

 Me reprochabas mi brevedad y contundencia, rasgos que mi fecunda imaginación no compensaba. Sentí miedo, inseguridad, y te pedí paciencia. 

 Tenías razón, pero me costó admitirlo y afrontarlo. 

 Hasta que una noche tomé coraje, te agradecí y dediqué mi vida a escribir microficciones.

Comentarios

Entradas populares